LA INDUSTRIA BRITÁNICA RESPALDA EL PLAN DE 12 PUNTOS DE MAY PARA EL BREXIT

25/01/2017

La industria británica respalda el plan de 12 puntos de May para el Brexit

La patronal asegura que el discurso de la primera ministra ha aportado confianza al sector.

 

El duro discurso de la primera ministra británica Theresa May en el que explicaba las líneas a seguir para que Reino Unido salga de la Unión Europea parece que ha convencido a la industria farmacéutica británica. La patronal de la industria innovadora, Abpi, lanzaba minutos después del discurso de la mandataria un comunicado en el que aseguraba que “el discurso es una declaración de intenciones que proporciona a la industria farmacéutica del Reino Unido confianza para el futuro”.

En su intervención, May dejó claro que la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) será total, cerrando la puerta a la posibilidad de que este país se mantenga dentro del Espacio Económico Europeo, como ya lo hacen otras naciones como Islandia, Liechtenstein y Noruega. Así, centrándose únicamente en el sector sanitario, Gran Bretaña se quedaría sin acceso al programa Horizonte 2020 y a los fondos para la innovación. Además, se cierra la libre circulación de personas (uno de los motivos principales que han impulsado a la primera ministra a adoptar esta posición), lo que, hasta ahora, facilitaba la movilidad de los investigadores. A esto se suma el hecho de que no tendrá la armonización del sistema de patentes europea.

En cuanto al desarrollo y aprobación de medicamentos, Reino Unido ya no seguiría bajo el paraguas de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Así, no estará obligado a adoptar la regulación de la UE y tendrá que desarrollar su propio marco regulatorio para los productos farmacéuticos. Además, Reino Unido ya no deberá cumplir con la Directiva de Falsificación de Medicamentos y, por tanto, no deberá adoptar las normativas referentes a trazabilidad.

Siguen en el aire aún algunas dudas relativas a las inspecciones, desarrollo de ensayos clínicos y trabajos que Reino Unido desarrolla con el resto de los estados en torno a los proyectos de acceso acelerado a medicamentos, como las licencias adaptables que se están pilotando ahora, las tarifas, etc. En lo que se refiere a las inspecciones, las realizadas por las autoridades sanitarias británicas, la MHRA, ya no serán vistas válidas por el resto de estados miembro de la UE, lo que podría derivar en la necesidad de realizar inspecciones adicionales por parte de la UE en las instalaciones de la industria farmacéutica británica.

Las exportaciones son seguramente la principal preocupación para el tejido empresarial de Gran Bretaña. La UE representa el 56 por ciento de las exportaciones farmacéuticas de este país, lo que se traduce en unos 53.000 millones de libras anuales. De hecho, podría entrar en la categoría de ‘tercer país’ a la hora de exportar e importar productos farmacéuticos, como es en este momento Estados Unidos. De este modo, los medicamentos fabricados en Reino Unido podrían tener que ser importados a la UE con unas pruebas de importación auxiliares y más controles de calidad y seguridad.

Sin embargo, la intención de May es la de establecer un acuerdo de libre comercio con Bruselas que “elimine en lo posible las fricciones al libre comercio y permita negociar sus propios tratados con terceros países”. Para ello, la primera ministra no ha dudado en lanzar un órdago a la Unión Europea, asegurando que si esta opta por no aceptar un acuerdo beneficioso para su país, lo que supondría, dijo, “un calamitoso acto de autolesión” para la UE, estaría dispuesta a convertir a Reino Unido en una especie de paraíso fiscal para atraer empresas e inversiones. “Tendremos libertad para establecer tipos impositivos competitivos y adoptar políticas que atraigan a las mejores compañías y los mayores inversores”, advirtió.

Durante su intervención la primera ministra lanzó un guiñó a la industria estableciendo entre sus prioridades en las negociaciones mantener la colaboración con la UE en materia de ciencia e innovación. En este sentido, la Abpi celebró que May reconociese el liderazgo del país en este campo y el valor que este tiene para mantener una “Gran Bretaña fuerte”.

Por otro lado, la industria insistió en la necesidad de garantizar la cooperación y la alineación del Reino Unido con las normativas comunitarias en lo relativo a medicamentos. Esto, apuntaron, “será el mejor resultado para los pacientes británicos”

Prioridades para el sector

Precisamente el pasado mes de septiembre la patronal publicaba un informe con los principales puntos a tener en cuenta en las negociaciones con la UE. En este, la Abpi aseguraba que la búsqueda de un acuerdo de cooperación reguladora entre la MHRA y la EMA “sería la mejor manera de garantizar la eficacia y la seguridad, reducir cualquier posible trastorno al suministro de medicamentos del Reino Unido y asegurar que los pacientes del NHS puedan acceder a nuevos avances médicos al mismo ritmo que lo hace la mayoría de los pacientes en el resto de Europa”.

Además, la industria solicita soluciones de inversión a largo plazo en ciencia, así como un apoyo decidido a la I+D en cualquier nueva estrategia industrial con el objetivo de que las instituciones con sede en Reino Unido mantengan su papel de liderazgo en este campo. Asimismo, la patronal solicita proporcionar la capacidad de colaborar a escala; asegurar el acceso a flujos de financiación apropiados y continuar con el descubrimiento y desarrollo de innovaciones médicas en Gran Bretaña, en colaboración con la industria de las ciencias de la vida.

Por otro lado, la Abpi pide” un sistema de inmigración basado en las necesidades, sencillo y rápido que facilite la movilidad de estudiantes, investigadores y trabajadores con talento que asegure el estatus de aquellos que actualmente trabajan en Reino Unido para que el país continúe atrayendo talentos globales altamente cualificados en el futuro”.

Por último, recuerda el peso que juegan los países de la UE en lo relativo a las exportaciones del sector. Por eso, solicita un entorno empresarial estable con capacidad de trasladar bienes y capital a través de las fronteras. “Los derechos de aduana, el IVA a la importación y los controles fronterizos causarían trastornos significativos en el acceso a las tecnologías médicas, incluidos los medicamentos, los dispositivos médicos y los diagnósticos”, sentencia.

Fuente: El Global


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